Es completamente normal que un adolescente de 15 o 16 años se sienta desorientado al enfrentarse a la elección de Bachillerato. Es una decisión que parece definir su futuro académico, y aunque la presión es grande, lo cierto es que son aún muy jóvenes para saber exactamente qué camino seguir.

Esa sensación de “decidir para toda la vida” puede causar angustia tanto en los menores como en sus familias. Pero mi enfoque es acompañarlos con calma y empatía. Creo firmemente que la elección no determina su destino en su totalidad, aunque a veces lo sintamos así. No se trata de tomar una decisión irreversible, sino de encontrar opciones que se ajusten mejor a sus fortalezas, intereses y aspiraciones.

Por eso, paso a paso, les ofrezco información clara, ejercicios de autoexploración, recursos para reflexionar y herramientas de orientación. A través de este proceso tan significativo como delicado, apoyo al estudiante a tomar una decisión con conciencia, paz interior y seguridad. Porque no solo estamos eligiendo una modalidad de Bachillerato, sino construyendo juntos un camino de autoconocimiento, motivación y bienestar académico.